La piel perfecta no existe; la rutina perfecta, sí
La piel perfecta no existe, pero la rutina perfecta sí y depende de las necesidades específicas de nuestra cara. Esto quiere decir que hay una rutina perfecta para cada una de nosotras; para cada tipo de piel.
Para poder elaborar nuestra rutina es muy importante saber cuál es nuestro tipo de piel y, además, cuáles son sus necesidades específicas. Independientemente de ello, hay algunos pasos que consideramos indispensables en todas las rutinas y te queremos recomendar.
¿Cuáles son los pasos básicos de las rutinas de skincare?
Empecemos por explicar que decimos “rutinas” en plural porque las necesidades de nuestra piel no son las mismas de día y de noche. Por ejemplo, de día es muy importante protegerla porque se ve expuesta a la contaminación, a los rayos del sol y a los radicales libres, y de noche es muy importante nutrirla porque es cuando se da el proceso de regeneración y se pueden absorber más rápida y profundamente nuestros productos.
Sabiendo esto, diremos que los tres pasos básicos de la rutina matutina se enfocarán en la protección, mientras que los tres pasos básicos de la nocturna lo harán en la nutrición.
Rutina a.m.
- Limpiar: eliminar las células muertas y dejar los poros libres es sumamente importante. Aunque hay varias opciones, son dos los elementos necesarios para llevar este paso a cabo: agua y jabón.
- Hidratar: aportar agua y sellarla para no perderla a lo largo del día es imprescindible; nos ayudará a mantener un aspecto sano y lleno de vitalidad. Un óleo, además de hidratar, puede ayudarnos a purificar y equilibrar.
- Proteger: el protector solar es indispensable para prevenir el envejecimiento prematuro, pues las células de nuestra piel se oxidan con los rayos del sol y los radicales libres que penetran nuestra epidermis día con día. Además, es necesario protegernos porque estos agentes contaminantes pueden llegar a causar daños muchas veces irreversibles.
Rutina p.m.
- Limpiar: retirar la suciedad que se impregnó en nuestra piel a lo largo del día es de vital importancia. Si hubo maquillaje de por medio, aún más: hay que eliminar los restos que pudieran alojarse en nuestros poros y mantener nuestro cutis limpio. Para este paso un desmaquillante con base aceite será tu mejor aliado. Después, puedes volver a limpiar con agua y jabón.
- Hidratar: gracias a la fantástica absorción nocturna podemos elegir un hidratante más denso que lleve el agua a las capas más profundas de la piel. La crema de ácido hialurónico BIO, además, promoverá la regeneración celular.
- Nutrir/tratar: este es el mejor momento para elegir un tratamiento (con base en nuestras características y necesidades). Uno de nuestros favoritos es, por supuesto, el suero de Vitamina C.
¡Añade un plus!
Como dijimos cada piel es única y diferente, por lo que puede llegar a tener necesidades muy específicas. Al llevar a cabo nuestras rutinas podremos ir identificándolas, lo que nos llevará a hacer uso de otros productos que refuercen el tratamiento específico de nuestros requerimientos. Por ejemplo:
- Tónicos: preparan tu piel para la absorción de los siguientes productos y promueven su buen funcionamiento. Dan un toque extra de hidratación y debido a sus activos calmantes, relajan y equilibran el pH de nuestra piel. Los mists florales son de nuestros favoritos.
- Contorno de ojos: hidratan a profundidad la zona del contorno de ojos, que por cierto es más delgada y delicada que cualquier otra. Promueven la circulación del área, ayudando con la inflamación y las ojeras.
- Mascarillas: limpian a profundidad. ¡Son las mejores aliadas para darle un detox a la piel! Generalmente, tienen ingredientes -como aceites- que además nutren.
Recuerda siempre escuchar tu piel para conectar con ella y entenderla: conocerla y saber qué necesita te permitirá brindarle los nutrientes que te pide. Para hacerlo más fácil, hicimos un quiz que te ayudará a descubrir cuál es tu tipo de piel y facilitará la selección de tus productos. Puedes responderlo AQUÍ.
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