Protégete de los rayos UVB y UVA de forma consciente y natural
La luz de día y los rayos solares son necesarios para nuestro buen funcionamiento; sin embargo, una larga exposición a ellos puede derivar en daños incluso irreversibles. Es por eso que un bloqueador solar resulta indispensable; porque con la protección adecuada podemos aprovechar los beneficios del sol sin exponernos.
¿Qué son los filtros químicos?
La piel es el órgano más grande del cuerpo y, además, uno de los que absorbe con mayor rapidez y facilidad: todo lo que untamos en ella es de alguna manera retenido y canalizado al interior, por lo que la lista de ingredientes es un punto a considerar a la hora de elegir bloqueador.
Son tres los filtros solares existentes: los químicos, los físicos o minerales y los biológicos. Dos de los utilizados en los protectores solares comerciales son la oxibenzona y el retinol palmitato, sustancias sintéticas que según diversos estudios pueden ser perjudiciales para la salud debido a que llegan al torrente sanguíneo tras ser absorbidos.
Probablemente el más conocido sea la oxibenzona, este compuesto orgánico que ha sido prohibido en distintos países por ser el principal responsable del deterioro de ecosistemas marinos -como los arrecifes- y que, además, ha sido vinculado con trastornos hormonales y desbalances en el funcionamiento corporal en varias ocasiones.
Minerales, una opción amigable y sustentable
Ahora bien, la diferencia de los filtros minerales es que estos últimos bloquean: en vez de absorber y diferir las longitudes de onda, crean literalmente una barrera que refleja la luz solar e imposibilitan que penetre nuestra piel, pues la desvían y dispersan.
Los dos elementos de amplio espectro que resultan increíbles contra los rayos UVB y UVA son el óxido de zinc y el dióxido de titanio, protectores físicos de la radiación ultravioleta.
- Óxido de zinc: polvo blanco indisoluble en agua que además de tener propiedades medicinales no penetra la epidermis, sino que permanece sobre ella creando una capa protectora contra la quema, la oxidación y el fotoenvejecimiento.
Se ha demostrado que tiene el espectro de protección completo más alto.
- Dióxido de titanio: polvo blanco que, además de proporcionar color, no es absorbido por la piel sino que evita la absorción ultravioleta.
Lo mejor de todo es que, al ser naturales, ¡estos filtros no repercuten de manera negativa en los seres vivos! Es decir que los podemos usar sin temor en cualquier ecosistema porque son biodegradables: no blanquearán ni deteriorarán.
Además, al ser mezclados con filtros biológicos como los aceites vegetales ricos en antioxidantes presentes en nuestro bloqueador (semilla de girasol, coco, semilla de chabacano, aguacate y germen de trigo), son ideales para nutrir, un paso necesario para la correcta síntesis de vitamina D. Como toque final, es importante compartirte que nuestro bloqueador está libre de nanopartículas.
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